La raza de los perros no determina su personalidad, según un estudio sobre comportamiento

El estudio genético de 2.000 ejemplares, más18.000 encuestas realizadas a sus dueños, descubre que el comportamiento de cada perro es muy variable y prácticamente independiente de la raza a la que pertenece. Este marcador solo explica el 9% del comportamiento de los canes, según la investigación publicada en la revista 'Science'

 

Hay razas de perro que tiene fama de tener mal carácter y hay otras razas  a las que se denomina “potencialmente peligrosas”. Más allá de que lo sean o no, a muchos perros les cuesta encontrar familia humana por los estereotipos negativos asociados a su raza. El pit bull y el rotweiller son de los más señalados. Pero ¿qué hay de cierto en este juicio humano tan extendido? No puedes tener un gran danés del tamaño de un chihuahua, ni tampoco lograrlo a la inversa. En cambio, si es posible puedes tener un gran danés que se comporte como si fuera un chihuahua  y al revés. Con esa comparación, la investigadora Elinor Karlsson resume su investigación de los últimos años, período en que se dedicó a investigar y rastrear las bases genéticas del comportamiento de los perros. Ahora, junto a su equipo, Karlsson publica en la revista Science un enorme trabajo que presenta una conclusión: la raza de un perro no dice mucho sobre su personalidad.

 


Jack, uno de los perros incluidos en el proyecto Sinc

 

Quizás, la conclusión del estudio pueda resultar decepcionante para muchos. De hecho, hay razas de perro que tienen fama de tener mal carácter y hay otras razas  a las que se denomina “potencialmente peligrosas”. A esos perros les cuesta encontrar familia humana por los comentarios negativos asociados a su raza. El pit bull y el rotweiller son de los más señalados. A la inversa, hay razas que cuentan con la confianza ciega de los humanos por su supuesto buen caracter. Pero ¿qué hay de cierto en estos juicios humanos tan extendidos?  Según un estudio publicado en la revista ‘Science’, desarrollado por investigadores de la Universidad de Massachusetts, ahora se ha determinado que la raza, por sí sola, es un mal predictor del comportamiento.

 


Sandy, uno de los perros del proyecto. Tiene ascendencia mixta: perro boyero australiano (21,4%), collie (8,6 %), cocker spaniel americano (7,7 %) y pastor australiano (7,3 %).

 

Para probarlo, los científicos utilizaron estudios de asociación de todo el genoma (conjunto de genes) de más de 2.000 perros de raza pura y mixta. El objetivo era buscar variaciones genéticas comunes que pudieran predecir rasgos de comportamiento específicos. Luego cruzaron esos datos con más de 18.000 encuestas realizadas a propietarios de perros y con la información disponible sobre sus ancestros de raza detectados genéticamente.

 

 

 

En total, incluyeron referencias de 78 razas e identificaron once loci genéticos —posiciones que ocupan los genes en los cromosomas— fuertemente asociados con el carácter, pero ninguno de ellos era específico de una raza en concreto. Así, según el estudio, la raza solo explica el 9% de la variación del comportamiento de cada perro, y concluye que, para ciertos rasgos de conducta, se ha comprobado que la edad o el sexo del perro son mejores predictores.

 

Intención de cambiar la ley

 

“La mayoría de los comportamientos que consideramos propios de las razas modernas probablemente proceden de los miles de años de evolución (desde el lobo, el canino salvaje, el perro domesticado y, finalmente, las razas actuales)”, explicó Elinor Karlsson, directora del Grupo de Genómica de Vertebrados del Instituto Broad del MIT y Harvard.

 

 

Así, suponemos que la ascendencia de raza de cada perro predice su conducta y asignamos a las razas modernas temperamentos asociados a la función que tenían hace miles de años (la caza, la vigilancia o el pastoreo), incluso a pesar de que casi todas las razas modernas de perros nacieron hace unos 200 años aproximadamente.

 

Uno de los comportamientos que más predijo la genética fue la capacidad de responder a indicaciones de humanos. Sin embargo, esto variaba notablemente entre los perros individuales. Como ejemplo, la investigadora utiliza una raza que parece, en general, más independiente, como el Gran Pirineo. Su población proviene de perros de trabajo (perros guardianes de ganado), por lo que para ella sería incorrecto decir que esos perros no son ‘entrenables’ o que son menos inteligentes. Resulta más apropiado pensar que son más independientes.

 

 

¿Debería cambiar la legislación?

 

En distintos países se recurrió a una serie de legislaciones específicas para las razas, que pueden incluir restricciones de seguros o la prohibición total de poseer algunas razas de perros. Aunque el estudio no ofrece declaraciones sobre leyes, sí pone de relieve que las ideas generales sobre la raza como predictiva del comportamiento individual es un enfoque erróneo,

 

Fotos proyecto Sinc – Angela Lek – IzaLysonArts –  Jody Trappe Photography – Mundo Perro

 

 

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