Día mundial del ajedrez: el “juego-ciencia” mejora las habilidades mentales

El 20 de julio se celebra el Día Mundial del Ajedrez, un antiguo juego de mesa que requiere de gran destreza y agilidad mental,y que hoy es considerado como una disciplina deportiva

 

El ajedrez es un “juego ciencia” que ha sido objeto de estudio de psicólogos, docentes y científicos por su capacidad para desarrollar diferentes habilidades cognitivas y socioemocionales en los individuos, especialmente en los jóvenes. En primera instancia, se debe destacar el desarrollo del pensamiento computacional, habilidad clave en la era digital, que implica la capacidad de descomponer problemas complejos en partes manejables para resolverlos de manera sistemática. El ajedrez permite entrenar este tipo de pensamiento, ya que obliga a considerar múltiples variables y posibles movimientos para tomar una decisión. Según estudios, los niños que juegan ajedrez con regularidad muestran considerables mejoras en habilidades de razonamiento lógico y matemático, componentes esenciales del pensamiento computacional. El pensamiento abstracto permite a los jugadores pensar conceptualmente, más allá de lo concreto y tangible. En ajedrez, se deben anticipar movimientos y visualizar diferentes escenarios, lo que fortalece la capacidad para manejar ideas abstractas.

Estrategia y planificación. La estrategia es fundamental en ajedrez. Los jugadores deben desarrollar planes a largo plazo que deberán adaptar de acuerdo a las circunstancias del juego. Esta habilidad de planificación estratégica es transferible a diversos aspectos de la vida personal y profesional.

 

¿La decadencia del ajedrez?

 

El ajedrez es, en definitiva, un ejercicio continuo de resolución de problemas. Cada movimiento presenta un nuevo problema que el jugador debe resolver, según las posibles respuestas de su contrincante. Esta práctica constante favorece la capacidad de los jugadores para abordar problemas de formar eficaz. Además, aunque el ajedrez es un juego de reglas, ofrece espacio para la creatividad, puesto que los jugadores deben idear estrategias originales para superar a sus rivales, ejercicio que fomenta el pensamiento creativo.

Además de las habilidades cognitivas, el ajedrez también ayuda a desarrollar habilidades blandas, como la concentración, la paciencia y la gestión del estrés. La necesidad de enfocarse en el tablero y de mantener la calma bajo presión representa una enseñanza para los jugadores a la hora de gestionar sus emociones y lograr desarrollar una mentalidad resiliente.

Impacto en el desarrollo profesional. Las habilidades desarrolladas a través del ajedrez impactan en el terreno profesional. La capacidad de pensar estratégicamente, resolver problemas complejos y trabajar de con creatividad son competencias muy valoradas en el mercado laboral presente. Empresas de tecnología, finanzas y consultoría, entre otras, valoran a los empleados que pueden aplicar estas habilidades en contextos empresariales.

El ajedrez es mucho más que un juego. Es una herramienta para el desarrollo integral de niños y jóvenes, que potencia habilidades cognitivas y socioemocionales cruciales tanto en el ámbito personal como profesional. Además, fomentar la conexión social y cultural, enseña a ganar y perder, ayuda a comprender las consecuencias de las acciones, así como desarrollar confianza y mantener el cerebro activo.

 

 

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