Lo nuevo de Nicola Costantino: dos mil flores en el jardín flotante

Enormes ramos cuelgan en el hall del moderno edificio del Distrito de las Artes, gracias a una intervención de Nicola Costantino que mutará en los próximos meses. La programación 2023 de Fundación Santander Argentina tenien como punto de inicio el proyecto site-specific de la artista.

 

La cuarentena hizo lo suyo y fue el momento perfecto para que Nicola Costantino se sumergiera en el estudio de una técnica de creación en cerámica milenaria. Se trataba de la técnica nerikomi que se usa en Japón, pero que tiene origen en las antiguas culturas de Egipto y China. El encierro representó el momento perfecto para que la artista rosarina se concentrara en practicar, aprovechó para tomar algunas clases virtuales y empezó a sembrar las semillas que acaban de germinar, convertidas en un inmenso jardín “vivo”, flotante, resultado de un trabajo colaborativo y sustentable, que rescata una sabiduría ancestral para la contemporaneidad y el futuro.

 

 

La creación de las flores es un el antídoto bello para hacer frente al terror del fin de la humanidad, que se presentan agrupadas en doce ramos colgantes en el hall de la Fundación Santander. Es el comienzo de una intervención “site-specific” que crecerá en los siguiente meses hacia otras partes del edificio y que combinará con performances y talleres.

 

 

Reconocida por su participación en la Bienal de Venecia, como representante de la Argentina, así como por la serie Peletería, esa colección de ropa y objetos realizados en silicona que representó al país en la Bienal de San Pablo y las Chanchobolas, las esculturas hechas en aluminio y resina sobre calcos de animales nonatos, ahora presenta esta producción en cerámica que demandó ocho meses de trabajo junto a integrantes de la fundación Todavía es Tiempo. Así, Costantino transmitió lo que había aprendido, en una actividad que destaca la actividad en equipo.

La muestra se titula “PaRDeS “, que en hebreo antiguo significa paraíso, un paraíso que estaba pensado para ofrecerle algo a todo, Sin embargo, si alguien tomaba más de lo que necesitaba era expulsado del paraíso. Esa forma rectora, atrajo a Costantino, como un concepto al que volver como contracara de la idea la “acumulación”. Una de las consecuencias directas de ese problema es la sobreexplotación del planeta, que causó daños tan graves en el medioambiente.  Bajo esa premisa, decidió ocuparse nuevamente de un tema presente en el arte: las flores como forma de representación de la finitud y la fragilidad de la vida.

 

 

“PaRDeS: el jardín del tiempo suspendido”, la intervención site-specific de Nicola Costantino se puede visitar hasta noviembre en Fundación Santander Av. Paseo Colón 1380, con entrada gratis.

 

 

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