Tres pueblos bonaerenses para desconectar en una escapada cerca de la ciudad
Los “viajes de cercanía” siguen siendo furor, sobre todo en esta época del año. Acá, una guía bien completa sobre tres destinos que tienen todo para sorprender: Vuelta de obligado, Villa Ruiz y Pipinas.
La posibilidad de hacer un alto en la rutina siempre es una excelente opción en cualquier época del año, sobre todo en la primavera con temperaturas más cálidas y días más extensos. Las pequeñas localidades bonaerenses son ideales para esa aventura de tranquilidad y descanso.
A no más de 200 kilómetros de la Capital Federal, los turistas descubrirán que en los Pueblos Turísticos la naturaleza, la hospitalidad y la comida casera se conjugan para brindar una estadía reparadora. Acá, una guía bien completa sobre tres de los más singulares (y no tan conocidos): Vuelta de obligado, Villa Ruiz y Pipinas.
Cerca de San Pedro, la Vuelta de Obligado
Este pequeño poblado está ubicado en el partido de San Pedro, a tan solo 185 kilómetros de Capital Federal. Allí, en 1845, sobre las aguas del Río Paraná de las Palmas, se libró la Batalla de Obligado en defensa de la soberanía nacional.
Ese hecho dejó sus marcas a través de monolitos y monumentos en el Parque Natural Histórico que recuerda a quienes se enfrentaron contra las fuerzas anglofrancesas. Aquí también se emplaza una baliza asociada a la gesta y una réplica de las cadenas que impidieron el avance extranjero.
El Paraná de las Palmas, testigo de una batalla histórica
La flora y la fauna local se puede observar en la Reserva municipal y refugio de vida silvestre. A través de los senderos, los visitantes podrán conocer la vegetación nativa del nordeste de la Provincia y también avistar aves, insectos y otras especies de animales.
Vuelta de Obligado: postal de este “Refugio de Vida Silvestre”
Desde los miradores de la reserva los admiradores de la naturaleza obtendrán una vista increíble del río.
Los días de sol son una invitación a disfrutar de la playa pública que cuenta con canchas de vóley y fútbol, sombrillas, servicio de guardavidas y puestos de artesanos.
El «monumento de las cadenas» conmemora la batalla de Obligado y fue erigido en 2010
Por las noches, el astroturismo se ha convertido en una de las actividades más populares. La posibilidad de visualizar de manera única la vía láctea y conocer los secretos de los cielos deslumbra a todas las personas.
Este Pueblo Turístico tiene una variada y amplia oferta de alojamientos con diferentes comodidades para entregarse al relax:
Las cabañas alpinas de Obligado
- Alpinas de Obligado es un emprendimiento local y familiar que desde hace doce años lleva adelante María Victoria Villalba. “El complejo turístico que atendemos nosotros mismos incluye tres cabañas alpinas, donde los pasajeros encuentran todo lo que necesitan para disfrutar de una estadía sana, segura, responsable, rodeados de verde, naturaleza, tranquilidad y paz absoluta”, describió Villalba.
- Las Cabañas Mai Piu son dos hectáreas de campo para conectar con la naturaleza. Cuentan con dos piscinas, estacionamiento, servicio de bar y restaurante; y hospedaje.
- Ayres de Obligado ofrece «una combinación de lo rústico y moderno». Las cabañas rodean a la piscina en un ambiente próximo al río y a su vegetación. Hay desayuno, pileta, jacuzzi y playa húmeda.
- El Mangrullo de Obligado es un auténtico complejo de cabañas y pileta donde los visitantes podrán conectar con la armonía de un paraíso natural y disfrutar de una postal panorámica inigualable desde su mangrullo. El complejo cuenta con “La Rueda”, un restó cuya carta tiene platos exclusivos como pastas caseras, asados y pescados del Río Paraná.
- La casa quinta Los Zorzales posee pileta y un gran espacio verde para compartir unos inolvidables mates al sol.
Una escapada a Villa Ruiz
Este Pueblo Turístico, que se encuentra en el municipio de San Andrés de Giles, a 93 kilómetros de la Capital Federal, es un lugar pintoresco, con antiguas casas de ladrillo, almacenes de campo y callecitas de tierra típicas de los poblados bonaerenses.
Frente a la plaza principal está la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, un pequeño y acogedor templo construido durante la década del sesenta, destacada por los colores blanco y amarillo de la fachada que le otorgan un cierto aire colonial.
Una postal típica de Villa Ruiz
Uno de los paseos más recomendados es visitar la estación de trenes donde funciona el Museo Ferroviario y recorrer el pago a pie, cruzarse con la sonrisa amable de un lugareño y disfrutar del silencio de los días de campo.
Durante el virreinato del Río de la Plata, el lugar se hallaba próximo al Camino Real, ruta que unía el puerto de Buenos Aires con el Alto Perú. Por esta vía transitaron carros, carretas, mensajeros y expediciones.
La antigua estación de tren de Villa Ruiz
Villa Ruiz propone saborear las delicias locales que se elaboran en los restaurantes camperos con su entorno tranquilo y rural.
Empandas de campo, una opción siempre tentadora
- En Las Flores ofrecen parrilla, picadas, pastas, postres y menú sin TACC.
- Piedras blancas tienta a los visitantes con almuerzos al aire libre. Además los comensales podrán estar acompañados de sus mascotas.
- Otras opciones de gastronomía campestre son Picá Montes y La Casona de Toto.
Pipinas, otro pueblo bonaerense con encanto
Se trata de una pequeña comunidad rural del partido de Punta Indio con un importante patrimonio industrial, cultural y natural que tuvo su momento de auge a partir de 1938 cuando se instaló una cementera que cerró sus puertas en la década del noventa.
El antiguo hotel de Pipinas fue recuperado por la cooperativa de turismo rural
A partir de esa situación los vecinos decidieron formar una cooperativa “Pipinas Viva” y apostar al turismo rural de base comunitaria. Este grupo recuperó el antiguo hotel local, construido por la empresa Corcemar para la instalación de la fábrica.
“Estamos trabajando en la incorporación de jóvenes lugareños en la cooperativa, para puestos como cocina, recepción y atención al público. El restaurante se especializa en pastas caseras y pastelería, elaboraciones tradicionales de los habitantes de nuestra comunidad”, contó José Díaz integrante de “Pipinas Viva”.
Durante el fin de semana el hotel recibe contingentes que llegan para disfrutar de un día completo. La propuesta incluye el circuito cultural, almuerzo en el salón del hotel y paseo por la costanera del río en Punta Indio.
Los murales ya son una marca distintiva de este pueblo turístico del partido de Punta Indio
En este Pueblo Turístico se puede recorrer el Museo a Cielo Abierto (MAPI) y conocer la flora y fauna autóctona, y los personajes locales, retratados en los murales diseñados por artistas plásticos y diferentes instituciones pipinenses.
Otro sitio para visitar es “Un gigante, cenizas para el recuerdo”, el sendero interpretativo sobre la historia del lugar en el que se ve la chimenea de la ex fábrica.
Pipinas promete al paladar degustar las mejores carnes pampeanas en lugares como:
- El Carrito de la 36, una parrilla emblemática del lugar, donde se puede comer un exquisito asado a la cruz.
- El restaurante La Estación donde también ofrecen sorrentinos de jamón y queso, ñoquis de verdura y comidas sin TACC. Para los días muy fríos de invierno, el locro y el mondongo son los platos ideales que templan el cuerpo, según cuentan los visitantes.
Pipinas: una parada imperdible camino a la costa
Para el regreso, los viajeros eligen llevar como regalo las exquisiteces que se comercializan en los puestos de productos regionales de la ruta 36, entre las que se encuentran quesos, miel, variedad de salames, pasteles y dulces caseros.
Los Pueblos Turísticos de la provincia de Buenos Aires invitan a pasar un fin de semana largo inolvidable entre paisajes rurales, platos caseros y la tranquilidad de las pampas bonaerenses, con la amabilidad propia de sus pobladores que hacen del turismo comunitario un proyecto de vida para generar trabajo y preservar el patrimonio natural, social y arquitectónico que identifica a las pequeñas comunidades del territorio bonaerense.
Fuente: Clarín