Descubrir la ciudad puntana de Merlo
Descanso y diversión en una Villa que enamora. Los paisajes serranos de los comechingones, turismo aventura, tiendas y una variada oferta gastronómica.
El fin de semana, nos tomamos un descando, y viajamos para descubrir la ciudad puntana de Merlo. Conversamos con Lucía Miranda, Secretaria de Turismo, que en esta ocasión celebraba la 30 edición de la Fiesta Nacional de la Dulzura.
Además, conversamos sobre las características de la Villa de Merlo: una ciudad que combina perfectamente el descanso y la diversión que se buscan en las vacaciones.
Descubrir Merlo
Durante el día se puden recorrer los increíbles paisajes naturales, las sierras de los comechingonones, sus arroyos. Se puede hacer treking o recorrer la ciudad en bicicleta.
Por la noche se puede pasear por Av. del Sol donde hay una variada oferta gastronómica, tiendas y entretenimientos con los que cuenta la Villa de Merlo.
“Nosotros tenemos muchos turistas que eligen más de una vez al año venir a Merlo. Por eso les mostramos la variada oferta de actividades que pueden realizar”.
Se puede recorrer el arroyo Piedra Blanca, practicar senderismo, hacer el circuito religioso, conocer el filo de la sierra, ver el atardecer, disfrutar de los puentes colgantes. Además, hay una gran movida cultural y se puede visitar la Casa del Poeta Antonio Esteban Aguero.
Entrevista a la Secretaria de Turismo de Merlo, Lucía Miranda.
Turismo aventura
El trekking más popular es el Salto del Tabaquillo (a 1.480 msnm), una caminata guiada que se inicia en la Reserva Florofaunística, en Rincón del Este, luego del espectáculo que da desde hace 20 años la Guardaparque.
Todas las mañanas, a las 11.30 y con un corazón de vaca como señuelo, llama a un águila mora que y cerca para que baje, velozmente, a alimentarse.
Luego se toma un trayecto de unas cinco horas –ida y vuelta– hasta el salto, bordeando el arroyo El Molino. Se atraviesan bosques con molles, talas y espinillos, entre otros árboles; se trepan piedras; y entre tanto aparecen pequeños saltos y ollas para darse un refresco. A las dos horas se llega a la meta: una cascada de 18 metros.
En el regreso se suele combinar una escalada por cable de acero, y luego se cruza de cerro en tirolesa.
Además, se pueden realizar cabalgatas, andar en cuatriciclos, rapel o salidas en Mountain Bike.
El centro histórico
El centro histórico de Merlo encuentra su encanto en las callecitas angostas, floridas y con farolas –como Coronel Moreau– que confluyen en la plaza Sobremonte, rodeada de barcitos y una antigua pulpería, todos los lugares con mesas en las veredas para ver la vida más larga. Una cerveza artesanal en la mano. Y, en una esquina, enceguecen los blancos de la capilla de Nuestra Señora del Rosario, de formas simples, construida en 1720.
Nadie se quiere ir
Se trata de una ciudad que no para crecer con alternativas y que, con fortuna geográfica, tiene un paisaje impactante que se hermana con el clima seco y soleado. Esta combinación generó que la población se quintuplicara en los últimos 20 años y que ahora abundan las historias de personas que llegaron y que no cambian este lugar por ningún otro.
La Villa de Merlo está reconocida como el tercer microclima del mundo. Con más de 300 días soleados al año.
