El 26 de abril, la plataforma estrenó “El amor después del amor”, la serie biográfica de Fito Páez. La historia recorre 30 años en la vida personal y en la carrera del artista. La historia muestra el ascenso y la consagración artística, sus historias de amor pero también el dolor y la pérdida. Uno de estos episodios de dolor es el que vivió el cantante cuando tenía 23 años, en 1986. Se trata del asesinato de su abuela Delia Zulema Ramírez de Páez y de su tía abuela Josefa Páez, en su casa de Rosario. Desconocido para algunos, este crimen marcó la vida de Fito, quien se enteró durante una gira en Brasil junto a su entonces novia Fabiana Cantilo.
Aquel 7 de noviembre de 1986
Huérfano de madre a los 8 meses, Fito creció con su abuela, tía abuela y su padre, quien murió en 1985. Cuando la carrera del cantante comenzaba a despegar, en noviembre de 1986, se encontraba de gira en Río de Janeiro en la presentación de Giros, su segundo álbum. El 7 de noviembre recibió la trágica noticia: habían asesinado a sangre fría a Josefa Páez, de 80 años, y a Delia Zulema Ramírez de Páez, de 76, tía abuela abuela y a Fermina Godoy, la empleada doméstica de la casa que estaba embarazada.
Fue el marido de Fermina quien, luego de tocar la puerta y no recibir respuesta, entró a la escena del crimen, que daba cuenta de lo sorpresivo que había sido todo: la radio estaba encendida, una de las alfombras doblada y la enceradora enchufada. El marido caminó hasta el interior de la vivienda y se encontró con Fermina, su esposa, muerta y ensangrentada con un trapo de limpieza en la mano, había recibido varias puñaladas, y con las abuelas de Fito, también sin vida. Josefa con marcas de cuchillo en su cuerpo y Delia, con una bala en la cabeza. A los pies de su tía, un bolso de compras. La casona se encontraba a una cuadra de la Jefatura de Policía.
Inicialmente, se pensó que podría tratarse de un robo. Más tarde se confirmó que no se llevaron nada valioso de la casa, ubicada en la calle Balcarce de Rosario. Asimismo, se demostró que la puerta de la casa nunca fue forzada. Más allá de esos datos, no se tenía informaciones importantes que permitieran dar con el paradero del asesino.
Destrozado por la noticia, Fito destruyó todo lo que encontró a su paso. “Cuando llegamos al hotel, ya tarde por la noche, me llamaron a la habitación y me contaron lo sucedido. Todo fue una película de terror. Voy a la habitación de Fito, él estaba absolutamente devastado”, contó el bajista Fabián Llonch sobre el fatídico día. Lexotanil, alcohol y objetos rotos fueron la manera de transitar el dolor.
“No puedo explicar cómo quedó el cuarto del hotel en Río. Lo destrocé. Dolor violento. Perdí tanto la conciencia que hoy no me acuerdo exactamente lo que sucedió. Era como un animal enjaulado en su propio dolor”, dijo más tarde el músico. “Creo que me la pasé todo el día llorando, tomando whisky y lexotanil”. A su llegada a Rosario, Fito declaró: “Vine a contar cómo vivían esas maravillosas mujeres en su casa porque puede servir a la investigación. No puedo creer esta cosa loca que ocurrió. No la entiendo”. Cerca, su abogado y su representante lo contenían. “Mi abuela y mi tía eran las personas que más quise”.
En medio de esa profunda tristeza, Fito fue contenido por Fabiana Cantilo. Juntos, viajaron a Tahití, lugar donde el artista plasma todo su dolor en letras y crea el disco Ciudad de pobres corazones, lanzado en junio de 1987.
Tras una investigación que duró alrededor de un año y en medio de un operativo, una persona llamó la la atención de la policía por tener en su poder una de las joyas de la abuela de Páez. Consultada sobre el origen, les explicó que fue un regalo de su novio, llamado Walter.
El asesino confesó su crimen
En casa de Walter de Giusti, la Policía encontró una grabadora Sanyo que Fito le había regalado a su abuela. Detenido, el implicado confesó que había matado a dos mujeres una semana antes. De Giusti había sido compañero de Fito en la secundaria y, como él, se había interesado por la música, aunque tocaba heavy metal. A él no le fue muy bien y fue la envidia y los celos lo que lo habrían llevado a asesinar a la familia de Fito. El criminal no estaba solo a la hora de asesinar, lo acompañaba su hermano Carlos.
El hombre, poco antes de los crímenes, había ingresado a la Policía. Al momento de ser detenido era agente de la sub seccional 15 de Pueblo Esther, una localidad vecina. Fue condenado a prisión perpetua, pero logró reducir bajar su condena. Luego de que en los informes médicos se confirmara que tenía VIH, logró obtener la prisión domiciliaria, pero tras violarla, volvió tras las rejas, donde murió en 1998.
“No puedo calificarlos. Son locos, pero todos estamos locos. Yo tengo mis rollos y ellos los suyos. Los conocía desde hacía muchos años, eran vecinos”, dijo el músico cuando se conoció la identidad de los asesinos de sus familiares.
Sobre la serie El amor después del amor
Con ocho episodios, El amor después del amor está protagonizada por Gaspar Offenhenden e Ivos Hochman, quienes interpretan a Fito Páez de pequeño y de adulto.
En la serie también vemos a varias leyendas del rock nacional: Micaela Riera (como Fabiana Cantilo), Andy Chango (como Charly García), Julián Kartún (como Luis Alberto Spinetta), Daryna Butryk (como Cecilia Roth) y Joaquín Baglietto (como Juan Carlos Baglietto).
Además, acompañan al elenco Martín “Campi” Campilongo (como Rodolfo Páez, padre de Fito) y Mirella Pascual (como Belia, abuela de Fito).