“División Palermo”, la serie argentina que se ríe de la corrección política
Santiago Korovsky escribe, dirige y protagoniza una comedia que se ríe de la inclusión, el marketing oficial y las nuevas leyes morales de la cultura. División Palermo vuelve a demostrar el músculo creador del audiovisual argentino.
En medio de la monotonía contemporánea que ubica a la producción cultural debajo del paraguas de la corrección política, División Palermo, la serie de Santiago Korovsky, es una refrescante comedia que se permite el lujo inusual para estos tiempos de burlarse de todo, en especial de las leyes de la inclusión. El hecho de que la División se ubique en Palermo no es un dato menor.
El joven Felipe (interpretado por Santiago Korovsky) es abandonado por su novia y despedido de la empresa de su padre. Lo acusan de falta de entusiasmo por la vida, carencia que se parece bastante al tedio, a la pereza o una forma de cobardía. Decidido a cambiar y encontrar su propio destino, Felipe Rosenfeld (nadie pronunciará nunca su apellido correctamente) se incorpora por error a una Guardia Urbana que la policía está conformando para mejorar la dañada imagen de las fuerzas de seguridad.
La idea matriz consiste en poner énfasis en “la inclusión”. Así es que se consolida un grupo que incluye a un ciego, un viejo, un enano, un boliviano, una chica trans, una joven en silla de ruedas y un director al que le falta un brazo. La incorporación de Felipe supone un problema, ya que no tiene ninguna capacidad diferente pero, en cambio, su condición de judío le garantiza un lugar en la fuerza: al fin y al cabo es una minoría.
Antes de empezar con la formación, la Guardia se asegura un vistoso uniforme y una lista de prioridades, lo cual representa otra burla a la forma en que operan los organismos gubernamentales, la burocracia y la frivolidad. A diferencia de muchas comedias argentinas, que destacan los chistes para que el público sepa que debe reírse, División Palermo corre pero deja que el espectador la alcance sin dificultad.
Para lograr estos resultados, Korovsky convocó a un equipo de guionistas (Ignacio Sánchez Mestre, Florencia Percia, Martín Garabal, Mariana Wainstein, Ignacio Gaggero y Martina López Robol) que se propusieron reírse del pudor social respecto de las discapacidades o condiciones físicas innombrables. “¿Qué te pasó?”, le pregunta alguien a Pilar Gamboa, la chica en la silla de ruedas y ella responde: “Un día me cansé y me senté”.
El elenco se completa con Daniel Hendler (el hombre que perdió un brazo), Rafael Spregelburd, Charo López, Carlos Belloso, Marcelo Subiotto y algunas figuras que aparecen sin créditos, como Mike Amigorena. La historia en sí no se reduce a la broma y a burlarse de todo, División Central construye una trama y logra un buen final. Son ocho episodios de media hora que pueden verse en Netflix.