A 60 años del nacimiento de Michael Jackson: dos mujeres fundamentales en la vida del rey del pop

Diana Ross y Elizabeth Taylor fueron amistades de toda la vida, modelos artísticas, madres postizas y, quizás, hasta amores platónicos en la extravagante vida afectiva de Michael Jackson.

A Elizabeth Taylor lo unía una sincera amistad que se extendió por más de tres décadas, en las que compartieron el gusto por los diamantes, la pasión por las películas de Disney y hasta regalos tan voluminosos como un elefante. Parecían hechos el uno para el otro, un poco porque ambos eran maestros de la extravagancia pero, sobre todo, por la identificación que sentían mutuamente por su condición de “niños prodigios”. Así como había gestos grandilocuentes, también había enojos temporales como los novios de los primeros años. No faltaban los intercambios de regalos fabulosos y extraños, como cuando Elizabeth se presentó en Neverland (el rancho de Michael) con el elefante Gipsy.

Michael Jackson junto a Diana Ross
Michael Jackson junto a Diana Ross

El amor que se prodigaban incluía gestos tan vistosos como la indicación del cantante de que pintaran una suite de su mansión de violeta, en honor al color de los ojos de la actriz, joyas costosísimas y una compañía de caballero chapado a la antigua. Ella no se quedaba atrás, ya que en 1993 cuando Michael celebraba sus primeras navidades (había sido criado como Testigo de Jehová) fue Elizabeth quién lo llenó de juguetes como compensación por todas sus navidades infantiles sin regalos.

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