Las 6 reglas infalibles de Marie Kondo para ordenar

El método "Konmari", creado por la influencer japonesa Marie Kondo, está basado en deshacerse de las cosas a tiempo y en doblar bien la ropa a diario. La metodología de la japonesa se apoya en la idea de que el flujo de entrada de cosas debe ir acompañado de cosas que deben salir.

El orden es un hábito imprescindible pero, sin embargo, no muchos le dan la importancia que efectivamente tiene. ¿Por qué es central mantener ordenado nuestros espacios? Ocurre que mantener el orden nuestras casas o nuestros lugares de trabajo es sinónimo de tranquilidad y felicidad. Sin embargo el arte del orden no es sencillo por eso es útil saber cómo hacer que el orden sea más efectivo. Para lograrlo, hay que seguir una serie de pautas y Marie Kondo es “la experta” del momento, gracias a su libro, “La magia del orden: Herramientas para ordenar tu casa ¡y tu vida!”. La influencer japonesa se convirtió en la gurú preferida en cuestiones relativas al orden que, según ella, comienza por la eliminación del exceso de cosas en nuestra vida. Según Marie Kondo, la manía de almacenarlo es la responsable del exceso y el desorden.  Así como debemos aprender a ordenar, también debemos aprender a desprendernos para lograr limpiar la casa. Todo un reto que a muchos supone ansiedad y que a través de su método se podrá hacer realidad. El método “KonMari” se basa en destruir las cosas a tiempo y doblar bien la ropa. Para eso, Kondo brinda una serie de pautas que permiten mantener el orden y la limpieza, especialmente en los armarios. Para ella, mantener todas las prendas colgadas es esencial para que todo sea más fácil de ver e identificar. Sin embargo, lo más importante en el método de la japonesa es saber ordenar tanto como saber desechar todo aquello que no se utiliza. Aquí están las 6 reglas de oro de Marie Kondo para mantener un entorno ordenado.

 

 

Regla 1: comprometerse a ordenar

 

El “Método KonMari” no es una solución rápida para bajar el desorden ni tampoco una práctica ocasional. Es una oportunidad para reiniciar la vida en materia de orden, siempre y cuando haya un compromiso para seguir sus principios de forma regular. La primera norma es tener la intención de ordenar en serio y dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios. Si se cumple con ese hábito con actitud positiva, surgirá la motivación necesaria para ordenar todas las pertenencias de una sola vez y regularmente. Al final, el esfuerzo vale la pena, ya que se sentirá la alegría de vivir con los objetos elegidos y se logrará establecer un estilo de vida ideal.

 

 

Regla 2: imaginar el estilo de vida ideal

 

El proceso de orden que propone Marie Kondo no consiste en despejar la casa para que parezca ordenada o prolija para recibir visitas. Se trata de ordenar de forma que provoque mejor energía y despierte alegría en sus habitantes de forma diaria. Para eso es necesario pensar en qué tipo de casa se quiere y el uso que se le  cómo quiere dar. Para tener claro ese plan, sugiere dibujar o escribir para tener una guía a la hora de llevar adelante el cambio. El proceso de orden representa un punto de inflexión, por eso se debe estar seguro de los deseos a cumplir.

 

 

Regla 3: primero, descartar

 

El Método se apoya en la idea de definir qué objetos se quiere conservar, dando prioridad a los objetos que despiertan alegría y al resto sugiere dejarlos ir con gratitud. Descartar no es el objetivo pero si es una parte fundamental porque brinda la oportunidad de aprender de experiencias previas. Si se deja ir una pertenencia que nunca usaste, el método destaca la enseñanza que dejó: que no tiene ningún propósito conservarlo. Pensar profundamente en cada objeto a descartar pues eso afectará el presente y determinará las nuevas compras en el futuro. A nivel práctico, descartar primero permite tener una idea real sobre cuánto hay que guardar realmente. Recién después de descartar se puede dedicar atención a todo aquello que produce alegría. Marie Kondo se deshace de objetos sentimentales como fotografías, con una despedida adecuada.

 

 

Regla 4: ordenar por categorías y no por lugares

 

Puede parecer razonable abordar una estantería, un placard 0 habitación a la vez. Son embargo, ordenar de esa forma no permitirá ordenar efectivamente. Para completar el orden se debe ordenar por categorías y no por lugares. La gente suele guardar el mismo tipo de objeto en diferentes lugares de la casa y, así, no se puede confirmar el volumen total de cada tipo de objeto. La recomendación de la influencer japonesa es ordenar por categorías; ropa, libros, papeles, komono (artículos varios) y, por último, artículos con valor sentimental.

 

 

Regla 5: seguir el orden correcto

 

El orden en el que se pone orden es fundamental. Marie Kondo recomienda organizar las pertenencias según el orden: ropa, libros, papeles, komono y objetos sentimentales porque ya demostró que es más eficiente. Empezar por la ropa es relativamente más fácil, mientras que terminar con los objetos sentimentales representa un desafío. Así, se pone a prueba y perfecciona la capacidad de decisión y selección. Sin dudas, los logros estimulan, ya que, por ejemplo, ver la  ropa favorita en un placard ordenado representación una motivación para extender el orden a otras áreas.

 

 

Regla 6: la pregunta clave es ¿qué te despierta alegría?

 

El entorno perfecto, el ambiente más feliz es algo personal y subjetivo. Respetarlo y descubrir el entorno feliz es el principio que sostiene el Método KonMari. Es el elemento distintivo de otras técnicas, que se apoyan en estrictos postulados sin dejar lugar a ciertos criterios personales. El método de Marie Kondo no se rige por la recomendación de “desechar todo lo que no se haya usado en dos años” o por aquella que dice que “cada vez que se compra algo nuevo, se debe desechar algo usado viejo”.  En el Método KonMari, los afectos personales son el criterio más importante para decidir si un objeto debe conservarse o no. El secreto de Marie Kondo es tomar de a un objeto por vez y preguntarse para sí: “¿esto me despierta alegría?” El consejo es atender a las reacciones del cuerpo frente a las emociones que generan los objetos. Al elegir sólo aquellos objetos que inspiran alegría es posible seleccionar sin riesgo de cometer errores. Aquellos objetos que despertaron alegría, sin dudas, permanecerán en su lugar mientras que los que otros seguirán su camino.

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